Cuando sucede algo paradójico fuera de nuestras fronteras solemos tratarlo como si de un hecho exótico se tratara. Sobre todo si ese algo sucede allende los mares: Exótica era la literatura latinoamericana del boom, por mágicamente extraña, al igual que eran exóticas sus dictaduras militares y, finalmente, esa forma de hacer la transición a la democracia tan peculiar entre grupos guerrilleros, teóricos de la liberación y candidatos populistas conservadores y luego de izquierdas, o viceversa. Pero el acabose del exotismo lo trajo Obama: Un negrito cuya madre era blanca y hippy y, para más INRI, su nombre incluía también el infiel Hussein. Un continente, en definitiva, exótico que puede permitirse el lujo de criar a un escritor total como Juan Rulfo y que, tras unos pocos libros decide no escribir nunca más y convertirse en un Bartleby. O a un naviero como Maqrol de Álvaro Mutis, al tiempo que el matrimonio Kirchner aumenta su patrimonio personal sin límite mientras ambos se sustituyen al frente de la Argentina.
Exótico es Antanas Mockus, antiguo Rector de la Universidad Nacional de Bogotá, ex alcalde de esa misma ciudad, matemático, filósofo, pedagogo y ¡¡¡lituano!!! que, al hablar de paz y sentirse agredido por un grupo de alumnos se levantó de la mesa y, tan Rector Magnificus, se bajó los pantalones y les mostró las nalgas con la intención de devolver simbólicamente la violencia que estaba recibiendo. Hoy es candidato a la presidencia de Colombia y está por delante en las encuestas del partido de Uribe que, curiosamente, no despierta ningún miedo en occidente pero es mucho peor que Chávez. Mayor exotismo no puede atesorar Antanas Mockus. Quizá comparable sólo con el que atesora Obama. Ambos han construido sus carreras políticas desde la organización comunitaria, desde la participación ciudadana y, de ahí, a la red de redes, pese a ser raritos: negro, e insisto, lituano colombiano.
http://www.elmundo.es/america/2010/04/27/colombia/1272392004.html
Un exotismo que, en general, provoca una mirada desafecta y etnocéntrica. Cómo no, también de envidia en el ámbito de la cultura sobre todo, aunque pocas veces explicitada puesto que nosotros somos la madre patria del continente y siempre el padre fue más que el hijo. Eso es así, aquí y en Pekín.
Sin embargo, me pregunto si no es exótico el alcalde de Granada, Torres Hurtado: de carácter autoritario ha hecho de su gestión algo exótico pero, en lugar de ser un exotismo amable, divertido, provoca el enfado de las demás administraciones de España y confunde a la sociedad granadina. Torres Hurtado, es así porque se enfrenta con administraciones gobernadas por el PSOE. Sólo por eso. Esa es su única razón de ser porque hasta ahora eso se ha traducido en votos y en desafección para los votantes de izquierda. A él, mire usted, que Granada vaya mejor o peor, la verdad, lo mismo le da. Lo importante es presentarse ante la ciudadanía como todo un señor defensor del granadinismo que, según el PP, pasa por quejarnos, por ser una sociedad inmadura que no puede compatibilizar la firmeza en la defensa de sus necesidades con la colaboración con las demás instituciones. Que se retrasa el AVE, pues que se retrase.
Entretanto, el PSOE, está en la calle, pero los vecinos y vecinas nos ven todavía como un partido al que le falta algo, y no sólo candidato. Nos falta seguir el camino de lo mejor del exotismo latino. Y lo vamos a conseguir, sencillamente, porque creemos en la gente: Sí, sí, en usted y también en usted. Y si no, al tiempo. Salud.
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4 comentarios:
La calle y la gente, eso es importante. La política sin esos ingredientes es aburrida y poco ilusionante, aunque también es política. De ahí la necesidad de ser constantes en el trabajo, es la única manera de resultar creibles. El PSOE lo tenemos muy claro,y parece que vamos contagiando esa idea, que aún no aparece en las encuestas. Sin prisas. CHEMA RUEDA
Querido, Chema. Como escribo en el blog, nos falta contagiar. Ahora mismo, -y tú mejor que nadie lo sabes, ya que eres concejal, además de secretario general de la ciudad-, los vecinos y vecinas quieren que denunciemos los excesos del PP, pero no hay ese ambiente de cambio que, seguro, llegará. Yo estoy convencido. Y también de no cometer precipitaciones. Seguimos.
Nosotros lo tenemos claro pero necesitamos que tambien lo tengan claro mucha gente sociologicamente de izquierdas preocupados por el medioambiente,la etica del poder,la claridad en los planteamientos politicos y la seguridad de que seguiremos ahí aúnque las cosas nos vengan mal dadas. Si logramos transmitir limpieza etica y seguridad en esta sociedad del riesgo habremos ganado, no para nosotros sino para todos.Lola Hidalgo.
Tienes toda la razón. Esa es la limpieza ética, la mirada transparente que necesitamos. Un abrazo. Seguimos. Miguel Ángel Madrid
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