jueves, 27 de mayo de 2010

¿Qué es Nuevos Aires?

Todos los analistas dicen que España vive una triple crisis: La financiera internacional; la económica que, además de global, es propia del país por el derrumbe del ladrillo; finalmente, una crisis política.

Por un lado, el capitalismo ha vencido a los estados-nación y por el camino la izquierda ha quedado moribunda. Por otro lado, la crisis económica muestra un país subvencionado que acarició el pleno empleo prácticamente y que hoy no sabe cómo ganarse la vida. Por último, un Gobierno desconcertado y falto de reflejos que, además, ha traicionado su identidad y a las personas que le votaron; unido a una oposición corrompida por la trama Gurtel. Esta derecha corrupta no es vista con buenos ojos ni siquiera por quienes normalmente les apoya. Y encima vive para ver morir al Gobierno. No es un opción patriótica.

Mientras, en un rincón del sur, Granada, es esa ciudad acomplejada que un día se despierta pensando que es la hostia y se acuesta enrabietada porque han vuelto a castigarla. Si hacemos algo bueno, somos los mejores del mundo. Si no, expiamos nuestros lastres buscando el mal en todos los lugares menos en nosotros mismos. Los articulistas de la prensa local, de derechas y los progresistas, reparten palos por igual a un partido y a otro porque, en definitiva, es mejor culpar a alguien cuando el maná no nos llega ni por mar, ni por AVE, ni por autovías ya empezadas. No hay, pues, nada que hacer.

El otro día entrevistaba a un vecino del Albaicín y, al hablarme de sus vecinos, me decía que todos se conocían, que había ayuda mutua. Camino de la puerta de su casa, con total naturalidad, me contó que tiene un pleito contra el ayuntamiento por una licencia que otorgó en el año... Ni me acuerdo. El conflicto late pero si me preguntan: “Aquí todos nos llevamos bien”.

Es la esencia granadina, es la envidia, la desazón, es el enfrentamiento natural del ser granadino. Ya lo dicen los pocos antropólogos at home que escriben seriamente sobre lo local.

Así se comporta la derecha granadina y el alcalde, Torres Hurtado. Lo cierto es que inyectarnos victimismo y convertir cada oportunidad (el AVE, el Parque de las Ciencias, el Palacio de Congresos...) en una bronca, en un espectáculo donde reine la confrontación, le ha venido de maravilla. Ahí están sus votos, ahí los errores de una izquierda que ha pensado que con hacer cosas podía gobernar sin más.

Todo esto demuestra que no existe el ser granadino como un hecho natural. El ser granadino, si existe, es una construcción cultural. Y como toda construcción cultural está sujeta a cambio. Puede mutar.

Eso es lo que se proponen los Nuevos Aires para Granada. Objetivo 2011. Romper la desesperanza y el aburrimiento de dos partidos en permanente bronca: Uno ataca, el PP; el otro se defiende, el PSOE. Nuevos Aires es confianza en nosotros mismos: Pegarle un bocado a la nada y querer un futuro colectivo. Un futuro complejo: Algunos vecinos nos piden que le demos caña al alcalde; los comerciantes, colaboración y honestidad; la gente de la cultura, compromiso. En fin, un asunto apasionante donde todo el mundo puede poner su grano de arena. Un futuro donde lo importante no sea conservar el poder sin más, como hace el alcalde: Cuanto peor para Granada, más votos para mí.

Eso no es amor por Granada, eso es una estrategia estéril para la ciudadanía, para usted, para mí, para todos.


2 comentarios:

Lola Hidalgo dijo...

Migue el sentido comun habla atraves de ti, en mi opinión tienes mucha razón. Nos debiamos dejar de zarandajas y darle importancia a lo que realmente la tiene.Yo me alegro de todo lo bueno que se haga en Granada y no me importa mucho que administración lo halla realizado.Ahora bien si que creo que desde una politica de izquierdas mi ciudad ganara en calidad de vida y en justicia social.

Miguel Ángel Madrid dijo...

Ayer alguien comentaba que por qué no gestionamos los granadinos la Alhambra. Esa es la zarandaja de este reino granadino. Cetursa, el Patronato, y tantas cosas públicas soportadas con la solidaridad de los andaluces. ¿No son organismos públicos? ¿No son de Granada el 99% de los empleados de Cetursa? ¿No reciben la visita de los esquiadores los hosteleros de la Sierra, de la ciudad? ¿A qué viene tanto tribalismo local? Besos, Lola. Siempre es un placer