viernes, 13 de abril de 2012

Sobre el miedo


La violencia simbólica del lenguaje, a veces, es más brutal que la agresión física.
Nos dicen que no se están produciendo recortes sino reformas. La resistencia pasiva, en previsión de que la gente se eche a la calle, puede ser constitutiva de delito penal...
El otro día escuchaba en la radio que el Ministro de Economía del PP se reunió con unos empresarios en Barcelona. Parecía que iba a ser un escenario proclive para el Ministro. Ya se sabe que los empresarios son ogros capitalistas que no tienen corazón. Pero uno de los empresarios mostró algo de corazón y, tal vez, de rabia, y le preguntó al Ministro si los recortes no eran un ajuste de cuentas con la ciudadanía. El Ministro, dejó de lado cualquier atisbo estoico y de educación cívica y pasó al contraataque: “Si quiere usted saber lo que es un ajuste de cuentas, espere que vengan otros (supongo que en referencia al FMI) y sabrá lo que son ajustes”. Este tono amenazante del Ministro, de un Ejecutivo, como el de Rajoy, que quiere criminalizar la protesta ciudadana que viene recogida en la Constitución, es un claro atentado contra la democracia.
No tenemos otra cosa el conjunto de la ciudadanía. Es la democracia y la Constitución la que intenta igualar a los ciudadanos que nacen en un país en el seno de cualquier familia, sea adinerada, sea pobre. Y para que exista igualdad, tiene que haber libertad y justicia.
La agresión a las instituciones es terrible para la ciudadanía. Qué otra seguridad le queda al ciudadano que la Constitución.
Cómo puede despacharse la Presidenta de la Comunidad de Madrid, solicitando al Gobierno de Rajoy que reciba las competencias de esta comunidad autónoma en sanidad, educación y justicia. Sencillamente, no las quiere. Qué garantiza que el Gobierno Central gestione más eficazmente estas competencias. Terminó Esperanza Aguirre su intervención con una buena dosis de populismo: Todo puede ser que los políticos nos quedemos sin empleo; pero ya lo buscaremos nosotros. Cómo no va a encontrar ella trabajo si es condesa consorte de Murillo y Grande de España.
¿Alguien piensa que la agresión a la política por parte del PP es un asunto de ética democrática?
La política es lo único que tenemos los ciudadanos.
Los políticos lo han hecho muy mal. Algunos han terminado en la cárcel. Cuando lo hace mal alguien de mi partido, es deleznable porque se supone que defendemos la honradez y la  honestidad, el bien común, el bien público.
El asunto de los ERE es execrable y ojalá quien robó dé con sus huesos en la cárcel y devuelva hasta el último céntimo.
No obstante, mucho ojo con el desprecio a los políticos, con el populismo fascista de Aguirre y sus acólitos porque sencillamente se busca la dominación del pueblo.
Este es el asunto que barajamos. Alguien que se dedique a la política como actitud de servicio público, tiene que encajar críticas y reprimendas del pueblo porque se gestiona el dinero de dicho pueblo y se tratan asuntos públicos. Pero de ahí a matarlos, a erradicarlos, me niego. Es como si para limpiar la inmundicia de los medios de comunicación, apostáramos por matar a los periodistas, o de los abogados para que impere la justicia.
Mucho ojo ante el fascismo. Toda la crítica  del mundo a los políticos, sobre todo de izquierda, para que espabilemos.