miércoles, 27 de julio de 2011

No me importa Santa Adela


No me importa Santa Adela.

Comenzamos una renovación urbana pero la gente es una desagradecida por hacer alegaciones contra nosotros.

Así que nos fuimos de la Mesa de Participación promovida por la asociación de vecinos. Son unos críticos.

Que la Junta cree una oficina y que rehabilite lo que le dé la gana.

Además, los vecinos que ya viven en los edificios nuevos que hicimos se quejan porque hay humedades. ¡Pero si antes vivían en una infravivienda!

Este es, más o menos, el maniqueo del Equipo de Gobierno del PP en el Ayuntamiento de Granada con respecto a los vecinos de Santa Adela.

El tema, como siempre, es más complejo.

1. La renovación urbana se inició mediante un expediente por el que los vecinos autorizaran la expropiación de las viviendas a favor del Ayuntamiento. Ahora, si se cierra el expediente de los edificios que no se van a demoler (la fase 3, 4 y 5), y los propietarios mueren porque muchos son mayores, qué pasa con estas viviendas. Por cierto, las fases están aprobadas en Pleno.

2. Renovación urbana versus rehabilitación. Hay informes técnicos municipales que indican que la rehabilitación no es posible y, por ello, recomienda al gobierno municipal su demolición y reconstrucción. El equipo de gobierno del PP, entonces, modificó el planeamiento para que hubiese más altura y, de esta forma, hacer más pisos con cuya venta se pagaba la reforma. Sea como fuere, estamos en una zona donde una parte de vecinos ha visto cómo su vivienda se demolía y se hacía nueva, y otra zona donde el alcalde dice que ahora hay que rehabilitar, o bien, cerrar el expediente y a tomar por saco porque los vecinos son unos “coñazos”.

3. El asunto, para mí, es pensar la ciudad. No se trata de una intervención en la vivienda sólo, sino abordar la problemática general de un barrio: Qué se va a hacer para mejorar la accesibilidad, regular la circulación, generar o remozar equipamientos existentes, trabajar sobre los espacios públicos, etc. Y claro, el PP no va pensar la ciudad porque piensa en billetes de 500€. Por eso, en una zona con especiales características sociales y económicas, el PP se plantea cerrar la biblioteca que, como dice mi amigo Edu, que es vecino de Santa Adela, ha sido un faro para muchos niños y niñas, para muchos adultos que si sostenían un libro entre sus manos lo hacían en esa biblioteca. Ahora el PP, su concejal de cultura, el señor García Montero, quiere que el espacio se utilice para coros y danzas. No sé si también para corte y confección.

4. Se generó una Mesa de Participación que planificara una intervención integral liderada por el Ayuntamiento y con presencia vecinal y de la Consejería de Empleo, Igualdad y Educación. Pero ante el coñazo de los vecinos, el PP ha entonado un desagradable “que os zurzan”.

Así que con este panorama se encuentran los vecinos. El gobierno popular, si se le critica, empieza a hacer oposición a la Junta, a los vecinos y, si es preciso, hasta a la putica madre que nos parió.

lunes, 18 de julio de 2011

No es zona de guerra; es La Chana


No es una zona de guerra. Se trata de los accesos a los colegios de La Chana (Eugenia de Montijo, Juan XXIII y Severo Ochoa). En total, casi 2000 alumnos y alumnas.
Han pasado ya 7 años en los que las asociaciones de madres y padres de estos tres centros, al igual que la dirección de los mismos, mantienen encuentros con el Gobierno Municipal del PP para buscar soluciones. 7 largos años en los que la asociación de vecinos de La Chana manda escritos, sugiere, se cabrea. Pero que, como el dicho, si quieres arroz, Catalina.

Los terrenos que conducen a los 3 centros pertenecen al Plan Parcial Oeste I y Oeste II. Se trata de propiedades privadas cuyas obras de urbanización debieron terminar hace tiempo. Obras que, en principio, se ejecutaron, pero que el Ayuntamiento, adrede, no ha recepcionado. ¿Por qué?

No lo ha hecho porque La Chana y los 2000 alumnos y alumnas de estos centros no son una prioridad para el alcalde, Torres Hurtado. No lo ha hecho porque el PP pone los intereses de lucro de unos particulares por encima del interés general, público.
El Gobierno del PP en el Ayuntamiento de Granada no ha recepcionado las obras de urbanización porque, sencillamente, en estos momentos los propietarios no van a obtener por el desarrollo del Plan Parcial todo lo que esperaba. Y el Gobierno del PP prefiere cuidar los intereses de unos propietarios que la seguridad de los escolares.

Por qué el alcalde no coge el toro por los cuernos, paga el arreglo de los accesos por ejecución subsidiaria y se lo cobra a los propietarios después.

Y no hay más. Bueno sí; sí que hay más. Está la desvergüenza de los concejales del PP, sobre todo de la edil de urbanismo, la señora Nieto. Ante las protestas de los padres y madres por las arquetas sin sellar, por el peligro de incendio, por el cableado de alta tensión al descubierto, la señora Nieto contestó lindezas del tipo: “Deben decirles a sus hijos lo que se toca y lo que no se toca”. A partir de ahí, qué puede esperar uno.

Claro que este asunto, el PSOE, junto con los afectados y la asociación de vecinos, denuncia año tras año, ya no es actualidad mediática.

También debemos reflexionar en torno a lo que es actualidad, lo que es novedad, lo que es noticia. Esta es una labor periodística, y la nuestra mostrar papeles, datos.

Por cierto, y termino. Los padres y madres, hartos del ninguneo de los ediles del PP, concertó citas con los funcionarios. Ahí es donde se descubrió lo del Plan Parcial, la no recepción de las obras, etc.

Es un alivio saber que hay funcionarios en el Ayuntamiento de Granada que tienen la valentía de hablar con claridad.

viernes, 8 de julio de 2011

Serie Visitas de Barrio: La Paz (II)


Hay miedo en el barrio, como poco precaución.
Hay miedo cuando te acercas a algún vecino y le das los buenos días, y responde educadamente, pero percibes la precaución. Tímidamente, el vecino te pregunta: ¿Son ustedes del Ayuntamiento?. Sí, respondes; pero como has percibido, te declaras: Efectivamente, somos del PSOE. Entonces, el vecino suspira: Una pena, le votamos casi todos los que somos del barrio, pero no ha podido ser; las cosas están muy mal.
Hay pobreza en el barrio. Pobreza extrema. Hay familias que pasan hambre literalmente. Hay familias, niños y niñas, que no acuden al colegio. En esos días, Juande, el director del colegio, se echa a la calle y busca a los niños y niñas por las plazas, en su casa...
Esos niños, como comprobé durante la campaña electoral, saben obedecer, tener una actitud cívica. El ambiente no ayuda porque allí cualquiera tira las cosas al suelo, en el interior de los jardines... Si Juande veía que alguno tiraba el papel, el adolescente, aparentemente rebelde y rabioso, sabía valorar la autoridad cívica del director. Una autoridad menos severa, más justa, más necesaria; una autoridad vital, amable, frente al ambiente hostil, frente a la violencia de la calle. Así que el joven, recogía el papel, la lata de refresco y le señalaba a Juande que las papeleras estaban a rebosar.

Hay miedo frente al poder de quien manda: un silencio, un mirar hacia otro lado cuando aparece la palabra droga.

Y, pese a todo, pese al cabreo, la rabia y la impotencia que genera una zona marginal, excluida, la gente sonríe, y vive con lo que tiene, y los niños y niñas, los jóvenes muestran una vitalidad inusitada, una alegría de vivir envidiable.

Por eso creo que es posible la transformación de estas zonas.