viernes, 8 de abril de 2011

En la frontera


Hace muchos años Radio futura y El último de la fila cantaban una canción que describía la vida en la frontera.

La ciudad de Granada con Torres Hurtado se ha configurado como una ciudad fronteriza, amurallada, sitiada. En el tiempo del trabajo en red, de los nodos interconectados, de la apertura, Torres Hurtado quiere que vivamos atrincherados. Pero es imposible y, por tanto, todo resulta demasiado caótico y decadente.

Vivimos enfrentados con los municipios que nos rodean y cada día se producen miles de viajes a Granada. El resultado es una ciudad donde es imposible moverse, donde los ciudadanos soportamos la asfixia de la contaminación como buenamente podemos.

Vivimos en una ciudad de barrios enfrentados, aislados, desconectados unos de otros. Se han hecho unos pocos carriles bici que no llevan a ningún sitio, se ha dejado de planificar en asuntos de transporte público.

El PP ha encarecido los impuestos municipales y formamos parte de los primeros ranking de ciudades cuyos ciudadanos más pagan a su ayuntamiento: el precio del billete bus ha subido un 20%, la basura un 22%, el IBI un 38%, por poner algunos ejemplos. Sin embargo, estas subidas no han servido para disminuir la deuda que nuestro ayuntamiento, que todos los granadinos debemos a INAGRA (40 millones de euros), a la empresa de jardines (10 millones de euros), a ROBER (24 millones de euros)... La lista de deudas asusta en su conjunto. Igualmente, la recaudación por multas se ha incrementado en un 250%.

El PP se ha apuntado al carro ganador. Considera que la ciudad les pertene. Incluso el alcalde declaró hace unos meses que, con su gestión, la ciudad estaba acabada. Y, por eso, se permiten el lujo de desatender a los vecinos, de maltratar a los barrios, de despreciar al centro histórico, de tener una actitud arrogante donde todo vale.

Este alcalde se ha permitido el lujo en estos años de no colaborar con instituciones que querían invertir en nuestra ciudad: ha despreciado a la Junta de Andalucía, a la Diputación, al Gobierno Central, al tiempo que gestionaba nuestro futuro de espaldas a la Universidad, a todo aquel proyecto que conllevara cooperación, concertación de voluntades.

La máxima del alcalde actual es una máxima fronteriza: “O me apunto yo solo el tanto, o no participo”. Si Granada perdía, que perdiera, ya se encargaría el PP de acusar a los demás por malos.

Granada, en cambio, es una ciudad de futuro. Pero ese futuro pasa por la concertación entre administraciones, por el liderazgo con los municipios de nuestro alrededor, para sumar, para generar riqueza. Ese futuro concertado es vital para recuperar los barrios, para evitar su degradación física y social, para evitar la exclusión social. Ese futuro concertado es esencial para revitalizar nuestro casco histórico, fortaleza de nuestra identidad y de nuestro potencial turístico, de nuestra capacidad para convertir la cultura en un motor económico limpio, respetuoso, innovador.

Ese futuro concertado es el que busca que el conjunto de la ciudadanía se una para luchar contra el desempleo, para atender a las personas mayores que lo necesiten, para lograr la participación en condiciones de igualdad para personas con discapacidad.

Granada pude si estamos juntos.

Puede unida para vencer las dificultades del momento. Puede unida para soñar el futuro al mismo tiempo.

El PP vive instalado en la eterna confrontación, pero no de pareceres, ni por tensión ideológica. Es una confrontación dañina, es la máxima de la frontera, de la guerra porque aquí mando yo y se acabó.

Paco Cuenca representa otra manera de hacer política, de entender los problemas públicos. Le duele Granada, estaría dispuesto a enfrentarse a todo aquel que quisiera hacerle daño porque esta es la ciudad en la ha crecido, en la que vive, en la que crecen sus hijos. Pero a enfrentarse por el futuro, no a enfrentarse para generar nada, una nada grande y voluminosa, una nada varonil y despótica.

Así que el 22 de mayo, el día de las elecciones, estamos llamados a votar por la frontera o por el cambio en Granada. Un cambio de apertura, de cooperación, de esperanza, de confianza en todas y cada una de las personas que vivimos en Granada.

Artículo publicado el 8 de abril en el Diario 7díasGranada