miércoles, 3 de marzo de 2010

Zapatero y la paradoja

En el debate parlamentario sobre el Estatuto Catalán del año 1932, Ortega y Gasset, nos recuerda a todos lo siguiente: Cuando afrontamos un problema, un problema de la vida, hay que partir del hecho de que ese problema no tienen solución. Algo parecido ocurre con la crisis que ¿atravesamos? No tiene solución; al menos no sirven las soluciones que hasta la fecha hemos buscado cuando acaecía una crisis del sistema capitalista. Esta no es una crisis más, no es otra de las crisis cíclicas del capitalismo. De modo que lo que está en juego es la pervivencia del modelo de sociedad capitalista, occidental, dominante. Por eso la necesidad de un pacto de Estado en España que ha lanzado el Gobierno de Zapatero. Un pacto que, no nos engañemos, debería ser mundial. Porque los que defienden el capitalismo sin la menor duda, su eficiencia, ponen encima de la mesa soluciones conocidas. Soluciones cuyo emblema característico se concreta en una palabra: REFORMAS. Esto es lo que piden los organismos internacionales, el FMI y compañía. Esto es lo que piden los neoconservadores. Esto es lo que piden los grandes magnates y, cómo no, esto es lo que clama el PP en España. Y el PP defiende esos intereses, los intereses que han llevado a unas naciones a dominar a las demás bajo la fórmula de concentrar el capital en manos de unos pocos. Unos pocos sólo. Esto es lo que defiende el PP: Sólo los intereses de unos pocos que, cómo no, son los más ricos. Pero no sólo los ricos, sino unos pocos privilegiados: los extremadamente ricos. Ellos son los que ganan y que Dios reparta suerte.

El PSOE es un partido de gobierno, es un partido con vocación de gobierno. Y entre sus funciones, como la de la socialdemocracia en su conjunto, está defender el interés general. Pero no hay más patria que el mundo, pese a que en ese juego de gobierno nacional, por ejemplo, no hayamos tocado las rentas de capital. ¿Falta de valentía, imposibilidad para hacerlo? Quizá. Yo es lo que desearía, pero aunque soy socialista, no estoy en el gobierno y no conozco las razones últimas de determinadas políticas.

Lo que sí sé es lo que pide el PP en estos momentos: REFORMAS. Y estas reformas son abaratar el despido, reducir el gasto público y dicen que bajar los impuestos. Y si se bajan los impuestos, quiere decir que la educación no se mantiene, ni la sanidad. De modo que o se privatiza o se privatiza. Y esto genera desigualdad. Por eso la gran apuesta del socialismo es la IGUALDAD.

El sentir general es que Zapatero se baja los pantalones ante el capital. Pero para mí dice cosas muy valientes en este momento. Además, lo dice en foros internacionales. No es sólo una arenga de cara al público español. De modo que critico muchas cosas de Zapatero, pero procuro también no escupir para arriba por si me cae el escupitajo en el ojo. Mantener nuestros derechos sociales, -los pocos que quedan-, es de una valentía suprema con la que está cayendo. Puede que reine la descoordinación en algunas medidas, que el fuelle político de algunos ministros y ministras esté por los suelos, pero Zapatero, tan vilipendiado, tan malquerido en algunos círculos y en las encuestas, está haciendo lo que le corresponde a un gobierno serio, ágil y responsable (perdón por las palabras cansadas, pero al pan, pan y al vino, vino). Por un lado, apaga el fuego y la agonía de los desempleados con nuevas prestaciones. Mantiene el nivel de calidad de los servicios públicos y nuestros derechos sociales. ¿Qué pasaría en este país, en la calle, si la gente no tuviésemos la cobertura socioeconómica que tenemos? Y, por último, apuesta por otra forma de crecimiento. Un crecimiento sostenible para no volver a depender de algo insostenible: el ladrillo.

Claro que las encuestas le son desfavorables. Pero la alternativa es Rajoy, el PP y unas reformas que huelen a dominación capitalista. Esto es lo paradójico del sentir ciudadano.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Comparto contigo que una reforma aquí y otra allá no es la forma de afrontar una crisis de modelo, pese a ser la que nos recomiende la derecha. Sin embargo, no creo que nos queden pocos derechos sociales. Si yo me compaero con mis padres (que tienen 63 años) tengo bastantes más derechos que ellos, sobre todo que mi madre. Creo que a Zapatero le falta explicar más las cosas a su gente y me parece que el tema de la presidencia de la Unión Europea puede entorpecer una agenda política que debería estar más centrada en recorrer toda España exponiendo las razones de su política.

Miguel Ángel Madrid dijo...

Gracias, Anónimo, por el comentario. Efectivamente, hacer pedagogía política no sólo es necesario en estos tiempos, es que es fundamental porque son las armas que tenemos. En cuanto a los derechos, pues cada crisis es aprovechada por el capital para comer un poco de terreno a nuestro Estado de Bienestar, y hablamos sólo de Europa. Si miramos a otros países, ni siquiera han gozado un tiempo de dicho bienestar.