miércoles, 24 de marzo de 2010

No te preocupes, ya lo hago yo por ti, imbécil

No salgo de mi asombro. Ayer, a los andaluces nos llamaba, Esperanza Aguirre, gallinas: “¡Pitas, pitas, pitas!”. Delibes, mientras tanto, se retorcía en su tumba; pero eso a quién le importa. Un poco más tarde, un señor muy señoreado, de los que tan bien dibujó Delibes, -y otros maestros también que guardo para el final de esta entrada-, pues hablaba de relativismo moral. Queda la voz, -suave, aterciopelada, tierna sobre todo-, confesó que el mayor aliado de Zapatero, en su plan maléfico planetario de relativismo moral, era ETA. Así, Mayor Oreja, hacía gala de ese pragmatismo asesino de todos estos neoliberales que no han cambiado de plan desde que el mundo es mundo, -como diría un viejo conocido mío-: Unos están abajo, otros estamos arriba, y así sea, requiem aeternam, y así sea. Estos pragmáticos del PP nunca se atreverían a declararse como relativistas morales. Lo tienen todo clarísimo y no dudan jamás de los jamases. Por eso escupen un absolutismo moral insultante. Ya lo he dicho antes: Los andaluces son unos gallinas indolentes, vagos e ignorantes, así ha sido siempre y así será. Por eso ganan los socialistas en ese sur de España, que no es sur sino África. Ni Aguirre ni Mayor Oreja dudan, ni mienten a sabiendas. No cometen pecado. Claro que, Aguirre, va a beneficiar a los constructores del tamayazo (sí, esos que dieron un golpe a la democracia en Madrid para que gobernara la derecha). Pues bien, han hecho un proyecto para urbanizar en un municipio madrileño del PP y se les ha ampliado sólo en un 80% las posibilidades de urbanizar. No es pragmatismo, no es que la presidenta se alíe con el capital: Es generación de empleo. Pero sigo con el pragmatismo. El concejal de cultura de Granada declara que la tele local, la telePP que se ha fabricado el partido con dinero público, es la tele con mayor audiencia. Le pide, pues, a los municipios de nuestro alrededor que no tiren el dinero. En concreto dice: “Tirar el dinero es una tontería”. Es decir, los demás, por tirar el dinero son unos tontos. Pero por gastarse ellos 4 millones de euros de nuestros impuestos, son unos listos que vienen a decirles a los demás: Necios más que necios. Para terminar, el PP, la progresía intelectual, también la periodística más la de derechas de toda la vida, critican desde el pragmatismo el peso del PSOE de Granada en la Junta de Andalucía. “¡Les han vuelto a dar educación!”, “¡Ya sólo tienen educación y agricultura!”, “¡La mierda, y pitas, pitas, pitas!”. Por mi parte, el campo sigue siendo una metáfora de la identidad andaluza. Si me siento andaluz, se lo debo al campo, porque en ese campo trabajaron mis padres, muchos años como esclavos literalmente. Y cada vez que el pragmatismo me vence, tengo que hincar la nariz en la tierra para tomar savia nueva. Somos una tierra agrícola, -y más cosas-, cada vez más poderosa y potente, cada vez más profesionalizada, cada vez más rica. En cuanto a la educación: El presente pasa por esta materia. Es normal que al PP no le interese este pragmatismo esperanzador. Ellos ya llevan a sus hijos a colegios privados, católicos la mayoría. También muchos padres que militan en el PSOE, lo cual demuestra que el pragmatismo neoliberal no es un mal que sólo anida en un lado de eso que llaman el espectro ideológico.

Quiero terminar con unos versos de Ángel González:


Epílogo


Me arrepiento de tanta inútil queja,

de tanta
tentación improcedente.
Son las reglas del juego inapelables
y justifican toda, cualquier pérdida.
Ahora

sólo lo inesperado o lo imposible
podría hacerme llorar:

una resurrección, ninguna muerte.

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