martes, 8 de junio de 2010

Sois todos odiosos

No tengo remedio. En casa tengo a Kundera, La lentitud, sobre la mesa del ordenador; a Vila-Matas en el baño (no hace falta explicar los motivos), Dietario voluble; y a Trapiello, Las armas y las letras, en el salón, justo al lado del televisor para evitar la tentación. El primero me divierte, el segundo me fascina y el tercero me cabrea porque resulta que descubro a estas alturas, -ya era hora, pensará usted-, que no siempre un buen escritor es una buena persona. Ni siquiera cuando ese escritor defendía la legalidad democrática durante la Guerra Civil. En el fondo, es algo que siempre he sabido, pero me negaba a aceptarlo y, quizá por ello, me he perdido alguna que otra obra maestra. Entonces vuelvo a Vila-Matas porque me enseñar a realizar ejercicios de odio y disfrutar: Ante una pareja que va en el avión con un bebé que no para de llorar, escribe lo siguiente: “Aunque juraría que son insolidarios e indiferentes a la sociedad, dan la impresión de ser de los que creen que, por muy salvajemente egoístas que sean, pagan sus impuestos y la sociedad debe serviles bien en todo. Seguramente, su vida pública se reduce a esa actitud de altivez y perfección y de postura vigilante por si alguien no trabaja para ellos. Tienen todo el aire de ser gente del Nuevo Orden. No sé, les odio. Y, además, se creen tan perfectos que ya sólo les falta pedir que les agradezcamos que tengan un perfecto bebe llorón”.

Este es el típico comportamiento de muchos votantes del PP. Y, cómo no, también del PSOE. Y lo que es peor, de algunos dirigentes.

Nos hemos vuelto tan ricos de la noche a la mañana que hemos desarrollado una altivez que, en muchas ocasiones, sólo espera agradecimiento ajeno. El otro día, -sin entrar en la justicia o no de las medidas de Zapatero, sin valorar por mi parte el juego de dominación de los mercados-, un “sudaca” comentaba en la radio que nos han rallado el coche y nos hemos quedado patidifusos; a ellos, en cambio, les quemaron varias veces varios coches.

Y todo esto, irremediablemente, me conduce, -con el coche rallado, con el coche quemado-, hasta la realidad granadina. Ciertamente, estamos mal. El alcalde del PP aguanta como puede su desgobierno. Carece de proyecto, y poco le importa no tenerlo porque eso supondría echar una mano y el “cuanto peor para ellos, mejor para nosotros” se ha instalado en la derecha de todo el país.

Así que toca mirar a las infraestructuras: que si el AVE, que si la autovía, etcétera. Sin embargo, pese a estar imbuido de lo local, pues además de compartir esta preocupación, me preocupan otros asuntos, aunque sé que todas esas infraestructuras generan sinergias económicas que nos son vitales, -no vayan a acusarme de políticamente incorrecto-:

Por ejemplo: ¿Por qué se hace lo posible para que la gente no se interese por lo que sucede en su ciudad? Al final, tendremos elecciones donde algunos hablarán de seguridad democrática y, ese día, seremos un pobre país amenazado, no ya por el capital, sino por el terror. ¿Por qué debemos dejar que nos domeñen si el sistema democrático permite que ejerzamos nuestra responsabilidad cívica? ¿Por qué hay vecinos que cuando se abren procesos de participación exclaman que los dejen en paz? ¿Por qué el clientelismo político está tan extendido? A veces, uno se somete para obtener relevancia pública, por una foto en IDEAL, por ver su nombre plasmado en un saluda del alcalde. ¿Qué extraña actitud cultural prevalece en Granada para que lo valioso que tenemos, -sobre todo la gente-, quede invisible ante el sin remedio que parece gobernarnos?

Estas preguntas son las que aborda NUEVOS AIRES PARA GRANADA, ni más ni menos, y esto lo hace el PSOE de la ciudad, no otros, incluidos algunos del PSOE. Será que estamos locos. Le invito a ver este vídeo.

http://www.youtube.com/watch?v=sDOcCMGz9ZI

5 comentarios:

Miguel Ángel Madrid dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Creo que el que no tiene para comer no tiene tiempo para pensar, aunque parezca una simpleza.
Y creo que el que tiene para comer se ha vuelto insolidario y condescendiente en el peor de sus sentidos, que como la propia R.A.E indica siginifica:'acomodarse por bondad al gusto y volundad de alguien o algunos'
Me quedo con Kundera:)
Un beso.
Q.K.

Miguel Ángel Madrid dijo...

Efectivamente, cuando uno tiene que buscarse lo básico, lo de pensar tiene que ver con eso, con la búsqueda. Y, claro, cuando se tiene cubierta esta necesidad, pues... pasa lo que tú dices. Besos para ti.

Anónimo dijo...

Atinadas reflexiones que reflejan bien eso que dicen que se llama el "ser grandino", una manera de ver las cosas que vamos a ir cambiando con los Nuevos aires. por cierto, Migue, todas estas ideas bien podrían constituir artículos de opinión, más que nada para que te lea más gente. Yo que tú no me privaba. CHEMA RUEDA

Miguel Ángel Madrid dijo...

Ok, Chema. A ver si no se me va la inspiración y hago el artículo