viernes, 25 de junio de 2010
Fiestas de La Chana
martes, 22 de junio de 2010
Verano
lunes, 14 de junio de 2010
II Asamblea Ciudadana
Son las vidas de hombres así los que dan sentido a mi inclinación por la política, a ese no poder renunciar a intervenir en mi realidad cotidiana, desde la contradicción de haber optado por militar en un partido político, el PSOE en este caso.
Desde su vejez, Semprún, mantiene sus sueños de cambio. Un cambio que que no será desde la revolución. Un cambio que será cívico para mitigar las desigualdades, para hacer frente a los retos de la globalización. Habla, Semprún, de la ciudad-mundo, igual que otros hablan de un proyecto planetario porque en este espacio se darán los problemas y soluciones mundiales.
También leí en prensa las palabras de Arenas, el líder de la derecha andaluza. Dice que el actual alcalde del PP, Pepe Torres, va a arrasar en Granada y sacará dos concejales más. Pepe Torres, comentó que frente a las chinitas en el camino que le pone el PSOE desde el gobierno andaluz y nacional, su sueño es ganar para ayudar a que gobierne Arenas en Andalucía y Rajoy en España. Ganar es su consigna. De los problemas de la ciudad, de las soluciones en la ciudad-mundo, nada de nada.
No hay voz ciudadana, sólo ansia de poder por el poder.
Entretanto, el PSOE se enfrenta a los problemas de identidad que tiene toda la socialdemocracia europea y, como siempre, el PSOE volverá a dar respuestas a la izquierda europea. Si no, al tiempo. Quizá salgamos heridos en el camino, pero resistiremos los envites de la dominación mundial de la derecha y aprenderemos de nuestros propios errores.
Entretanto, de nuevo, el PSOE de Granada, consciente de que somos parte de la ciudad-mundo, queremos poner un grano de arena, rozarnos con la gente porque somos la gente, sin más. Al menos así me siento yo: Soy hijo de padres trabajadores cuya mayor herencia ha sido poder ofrecerme, en la medida de sus posibilidades, facilidades para formarme. Ese es mi gran capital. ¿Acaso hay otro más valioso? Así que hemos convocado a los vecinos y vecinas de Granada, a los colectivos, para hablar de Granada, para hablar de su presente como clave para trabajar por su futuro. Nos podremos ver en el Centro Cívico del Zaidín el próximo día 19 de junio a las 10 horas para celebrar nuestra II Asamblea Ciudadana. Allí vamos a contrastar opiniones, a enriquecer nuestro documento Nuevos Aires para Granada. Objetivo 2011, para seguir llamando a las puertas de la gente cuando todavía falta mucho tiempo para que lleguen las elecciones municipales.
El tiempo demostrará, o así lo deseo yo al menos, que este método de trabajo beneficia a Granada. Lo necesita. Los beligerantes que van a arrasar, son eso, beligerantes, mandones que se sienten dueños de lo que debería ser patrimonio colectivo.
Nuestro acto, en cambio, del día 19 de junio en el Zaidín, será un acto sencillo, donde si tiene hijos e hijas, contará con un servicio de animación infantil para que los más pequeños puedan también participar con nosotros en construir esta ciudad-mundo que es Granada.
martes, 8 de junio de 2010
Sois todos odiosos
Este es el típico comportamiento de muchos votantes del PP. Y, cómo no, también del PSOE. Y lo que es peor, de algunos dirigentes.
Nos hemos vuelto tan ricos de la noche a la mañana que hemos desarrollado una altivez que, en muchas ocasiones, sólo espera agradecimiento ajeno. El otro día, -sin entrar en la justicia o no de las medidas de Zapatero, sin valorar por mi parte el juego de dominación de los mercados-, un “sudaca” comentaba en la radio que nos han rallado el coche y nos hemos quedado patidifusos; a ellos, en cambio, les quemaron varias veces varios coches.
Y todo esto, irremediablemente, me conduce, -con el coche rallado, con el coche quemado-, hasta la realidad granadina. Ciertamente, estamos mal. El alcalde del PP aguanta como puede su desgobierno. Carece de proyecto, y poco le importa no tenerlo porque eso supondría echar una mano y el “cuanto peor para ellos, mejor para nosotros” se ha instalado en la derecha de todo el país.
Así que toca mirar a las infraestructuras: que si el AVE, que si la autovía, etcétera. Sin embargo, pese a estar imbuido de lo local, pues además de compartir esta preocupación, me preocupan otros asuntos, aunque sé que todas esas infraestructuras generan sinergias económicas que nos son vitales, -no vayan a acusarme de políticamente incorrecto-:
Por ejemplo: ¿Por qué se hace lo posible para que la gente no se interese por lo que sucede en su ciudad? Al final, tendremos elecciones donde algunos hablarán de seguridad democrática y, ese día, seremos un pobre país amenazado, no ya por el capital, sino por el terror. ¿Por qué debemos dejar que nos domeñen si el sistema democrático permite que ejerzamos nuestra responsabilidad cívica? ¿Por qué hay vecinos que cuando se abren procesos de participación exclaman que los dejen en paz? ¿Por qué el clientelismo político está tan extendido? A veces, uno se somete para obtener relevancia pública, por una foto en IDEAL, por ver su nombre plasmado en un saluda del alcalde. ¿Qué extraña actitud cultural prevalece en Granada para que lo valioso que tenemos, -sobre todo la gente-, quede invisible ante el sin remedio que parece gobernarnos?
Estas preguntas son las que aborda NUEVOS AIRES PARA GRANADA, ni más ni menos, y esto lo hace el PSOE de la ciudad, no otros, incluidos algunos del PSOE. Será que estamos locos. Le invito a ver este vídeo.
http://www.youtube.com/watch?v=sDOcCMGz9ZI
martes, 1 de junio de 2010
Lo que pasa cuando no pasa nada
El título está también copiado de Vila Matas: Lo que pasa cuando no pasa nada.
Si te acercas, -preferiblemente después de haber meditado; no tienes que llegar al Tao-, a los periódicos de Granada, te ocurre lo mismo que cuando uno no presta mucha atención a una telenovela. Llegas a casa a mediodía después de esperar el autobús en Gran Vía durante 20 minutos, pones la tele y pasan la novela. Comes y escuchas de fondo pero no te interesa; aparentemente ocurren muchas cosas, todas dramáticas, o bien, todas románticas. La música intercala sonidos estridentes para ayudar al suspense continuo: La maldad de la mala, la sumisión del menos malo a la mala. Luego, la sintonía de la telenovela, un bolero lastimoso dulcemente cantado que te acompañará a lo largo de todo un año, donde hay sufrimiento, esperanza, amor incondicional: El protagonista no ha sido reconocido por la protagonista; ambos hicieron un juramento de pequeños: Amor eterno; pero el destino, ¡ay, el destino vil!, los separó y los años pasan y los rostros mutan. ¿La causa de la separación?: Las malas artes de la mala. Así que el protagonista, que era el pobre más pobre de los pobres, regresa riquísimo a base de esfuerzo y estudio y hace lo indecible por acercarse a la protagonista, en lugar de decir la verdad sin más. Todo esto sucede en un capítulo. Al día siguiente, esperas el autobús en Gran Vía durante 25 minutos, -hoy se retrasó 5 minutos más-, y pones la tele y ahí está la telenovela. Comes y la escuchas de fondo. Miras de reojo pero vuelves a las lentejas. Reconoces las caras de los personajes principales. Se añaden nuevas caras, pero importa poco: Unos son fieles a los buenos, otros a los malos. Recoges la mesa un día y otro, y otro más, y otro. Intentas relajarte 20 minutos, cierras los ojos, bajas el volumen del televisor: La misma música estridente para el suspense, el bolero lastimoso para el romanticismo. Y un día, y otro, y otro más, siempre con la misma vaina. Te vas de vacaciones. E igual que dejas de esperar al autobús, pues dejas por unos días de ir a casa a comer y, por supuesto, no pones la novela. Ahora disfrutas con los amigos en el campo y ríes ante la ocurrencia de cualquiera. Pasa un año y llega la primavera. Cómo no, esperas el autobús, 27 minutos esta vez (es el retraso suizo granadino). Le das al mando de la televisión y te encuentras otra vez con la novela. Aparecen 45 personajes nuevos. La sopa está tan caliente que, después de 125 días, por fin miras atentamente la pantalla. Hasta ese día sólo habías mirado de reojo. Pero no te sorprendes porque todo sigue igual. Nada ha cambiado:
El alcalde pone los cojones sobre la mesa y decide que este año tampoco decide nada sobre la ubicación del Ferial. La ciudad vive sin vivir, nada más que el vacío. El alcalde señala a los malos. Los malos se defienden. Y un día y otro, y otro día más de lo mismo. Pasas la portada del periódico y, sospechosamente, aparece la noticia que creíste leer el año pasado: El alcalde declara que el metro no es metro, que es tranvía. El matiz novedoso es: La Junta hace las obras para molestar a los granadinos. Un nuevo ingrediente para el caldo de la confrontación, para que sintamos los granadinos que aquí todo es una telenovela, donde Granada es la octava hija de Andalucía: Un ser tan insignificante que uno se sentía solo en su compañía, y añado yo: ¡Con lo grandes que hemos sido!
En fin, puedes decirlo conmigo: ¡Me aburrooooooooooooooo alcalde! Más de lo mismo, no, gracias. NUEVOS AIRES PARA GRANADA.