Comienza un nuevo curso que en el ámbito político será diferente porque habrá elecciones municipales. Todos los partidos han elegido ya a sus cabezas de cartel, y en el PSOE de la ciudad será Paco Cuenca el candidato a la alcaldía.
Desde ya hace años, cada vez que leo estudios sectoriales o territoriales, centrados en el análisis de los sectores productivos de la ciudad, o como introducción a algún Plan Especial para intervenir en cualquiera de nuestras zonas de alto valor patrimonial, se destacan aspectos negativos de Granada. Se trata de reflexiones, muchas de ellas apoyadas en la opinión de ciudadanos concretos, que inciden en los problemas que persisten en nuestra ciudad. Así, por ejemplo, existe la opinión generalizada de que Granada sufre un mal histórico que nos hace ser una ciudad estancada: La prueba es nuestro retraso industrial y la consecuente ausencia de tejido empresarial. La responsabilidad suele achacarse a la propia apatía de los ciudadanos, ya que, se dice, preferimos ahorrar o invertir dichos ahorros en pisos para vivir de las rentas, por ejemplo. Responsables también suelen ser los políticos, y desde hace unos años se destaca la tensión entre la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento. En definitiva, y resumiendo mucho, el resultado de estos problemas es un sentir, el granadino, embozado de fatalismo, desesperanza y abandono.
Este panorama nos convierte en un colectivo sin remedio. Somos así, es nuestro destino. Sin embargo, esto es un hecho cultural que podemos cambiar, porque si en muchas ocasiones hemos podido y hemos sumado, quiere decir que no somos, como expresa el dicho, “la última mierda que cagó canasto”. Por eso desde el PSOE creemos que Granada necesita un cambio.
Torres Hurtado y su gobierno, ha preferido sacar partido de esa Granada fatal. Y la confrontación abunda en esa imagen abandonada y desesperanzada. Y ello, pese a que el futuro de Granada se construyó y se construirá desde el acuerdo entre administraciones. Esto es lo que le ha permitido al alcalde hacer una política que camina de puntillas por todos los asuntos estratégicos de la ciudad: La movilidad, el desarrollo tecnológico, el equilibrio entre los barrios o el empleo. De ahí el elenco de medidas cosméticas que llaman la atención pero que no generan valor añadido. Además, esta orientación le permite al PP esconder una deficiente gestión económica (aunque está muy bien lo de la crisis para colgar en esa percha cualquier asunto de economía municipal), una falta de proyectos de futuro para que Granada se sitúe a la vanguardia de otras ciudades de nuestro entorno (aunque está muy bien que exista la Junta de Andalucía para colgar en esa percha todo lo que no somos).
En cualquier caso, y volviendo al principio, Paco Cuenca ha sido la persona en la que el PSOE ha confiado para traer Nuevos Aires para Granada. Nuevos aires que han supuesto dos años de duro trabajo en la calle, de charcos y de zapatillas. Hemos desarrollado asambleas ciudadanas donde vecinos y vecinas nos decían a la cara en qué habíamos fallado en todos estos años y qué habían echado de menos del PSOE. Un trabajo que sueña una ciudad que, inserta en Andalucía, ha contribuido a hacer más Andalucía, desde su riqueza patrimonial y paisajística, con sus valores y el esfuerzo de la ciudadanía. Por eso, Paco Cuenca, reivindicó en su primera intervención pública que pondrá todos sus esfuerzos en defender los intereses de la ciudad, desde la lealtad y la firmeza, sin cinismos. Cómo podría ser de otra forma, si Paco Cuenca nació en Granada, en La Chana, y vive en esta ciudad y aquí hace su vida con su familia. Un proyecto, el socialista, que pone su confianza en un candidato que ama Granada. Un candidato que considera que nuestra ciudad, además de un atraso industrial histórico, ha hecho ya su apuesta, pese a Torres Hurtado, por la innovación y el conocimiento, como lo demuestra el Parque Tecnológico de la Salud o el Parque de las Ciencias, o la creación de empleo en el sector audiovisual. Granada, con Paco Cuenca, va a hacer una apuesta por la juventud, conectándolos con el conocimiento para que haya un futuro inmediato. Además, sabe que el urbanismo es la mejor política social que existe, para desarrollar otro modelo de movilidad desde el liderazgo metropolitano de la ciudad. Donde también el turismo y la cultura, además de fuente de riqueza, lo sea también de empleo y de orgullo colectivo, desde la atención a los barrios y a la gente que vive en ellos, olvidada por Torres Hurtado. Paco Cuenca, en definitiva, es un hombre de la Granada bella, alegre, luminosa, cálida, acogedora, universal desde sus tradiciones locales y sus valores patrimoniales, cosmopolita, creadora y emprendedora, dinámica y viva. Al otro lado, la Granada cerrada y conservadora de Torres Hurtado, cuyas propuestas son acomodaticias, apáticas, sin confianza en nuestras posibilidades como ciudad y sin futuro alguno que otear.
(Artículo publicado en Granada Hoy el 29 de agosto de 2010)
Desde ya hace años, cada vez que leo estudios sectoriales o territoriales, centrados en el análisis de los sectores productivos de la ciudad, o como introducción a algún Plan Especial para intervenir en cualquiera de nuestras zonas de alto valor patrimonial, se destacan aspectos negativos de Granada. Se trata de reflexiones, muchas de ellas apoyadas en la opinión de ciudadanos concretos, que inciden en los problemas que persisten en nuestra ciudad. Así, por ejemplo, existe la opinión generalizada de que Granada sufre un mal histórico que nos hace ser una ciudad estancada: La prueba es nuestro retraso industrial y la consecuente ausencia de tejido empresarial. La responsabilidad suele achacarse a la propia apatía de los ciudadanos, ya que, se dice, preferimos ahorrar o invertir dichos ahorros en pisos para vivir de las rentas, por ejemplo. Responsables también suelen ser los políticos, y desde hace unos años se destaca la tensión entre la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento. En definitiva, y resumiendo mucho, el resultado de estos problemas es un sentir, el granadino, embozado de fatalismo, desesperanza y abandono.
Este panorama nos convierte en un colectivo sin remedio. Somos así, es nuestro destino. Sin embargo, esto es un hecho cultural que podemos cambiar, porque si en muchas ocasiones hemos podido y hemos sumado, quiere decir que no somos, como expresa el dicho, “la última mierda que cagó canasto”. Por eso desde el PSOE creemos que Granada necesita un cambio.
Torres Hurtado y su gobierno, ha preferido sacar partido de esa Granada fatal. Y la confrontación abunda en esa imagen abandonada y desesperanzada. Y ello, pese a que el futuro de Granada se construyó y se construirá desde el acuerdo entre administraciones. Esto es lo que le ha permitido al alcalde hacer una política que camina de puntillas por todos los asuntos estratégicos de la ciudad: La movilidad, el desarrollo tecnológico, el equilibrio entre los barrios o el empleo. De ahí el elenco de medidas cosméticas que llaman la atención pero que no generan valor añadido. Además, esta orientación le permite al PP esconder una deficiente gestión económica (aunque está muy bien lo de la crisis para colgar en esa percha cualquier asunto de economía municipal), una falta de proyectos de futuro para que Granada se sitúe a la vanguardia de otras ciudades de nuestro entorno (aunque está muy bien que exista la Junta de Andalucía para colgar en esa percha todo lo que no somos).
En cualquier caso, y volviendo al principio, Paco Cuenca ha sido la persona en la que el PSOE ha confiado para traer Nuevos Aires para Granada. Nuevos aires que han supuesto dos años de duro trabajo en la calle, de charcos y de zapatillas. Hemos desarrollado asambleas ciudadanas donde vecinos y vecinas nos decían a la cara en qué habíamos fallado en todos estos años y qué habían echado de menos del PSOE. Un trabajo que sueña una ciudad que, inserta en Andalucía, ha contribuido a hacer más Andalucía, desde su riqueza patrimonial y paisajística, con sus valores y el esfuerzo de la ciudadanía. Por eso, Paco Cuenca, reivindicó en su primera intervención pública que pondrá todos sus esfuerzos en defender los intereses de la ciudad, desde la lealtad y la firmeza, sin cinismos. Cómo podría ser de otra forma, si Paco Cuenca nació en Granada, en La Chana, y vive en esta ciudad y aquí hace su vida con su familia. Un proyecto, el socialista, que pone su confianza en un candidato que ama Granada. Un candidato que considera que nuestra ciudad, además de un atraso industrial histórico, ha hecho ya su apuesta, pese a Torres Hurtado, por la innovación y el conocimiento, como lo demuestra el Parque Tecnológico de la Salud o el Parque de las Ciencias, o la creación de empleo en el sector audiovisual. Granada, con Paco Cuenca, va a hacer una apuesta por la juventud, conectándolos con el conocimiento para que haya un futuro inmediato. Además, sabe que el urbanismo es la mejor política social que existe, para desarrollar otro modelo de movilidad desde el liderazgo metropolitano de la ciudad. Donde también el turismo y la cultura, además de fuente de riqueza, lo sea también de empleo y de orgullo colectivo, desde la atención a los barrios y a la gente que vive en ellos, olvidada por Torres Hurtado. Paco Cuenca, en definitiva, es un hombre de la Granada bella, alegre, luminosa, cálida, acogedora, universal desde sus tradiciones locales y sus valores patrimoniales, cosmopolita, creadora y emprendedora, dinámica y viva. Al otro lado, la Granada cerrada y conservadora de Torres Hurtado, cuyas propuestas son acomodaticias, apáticas, sin confianza en nuestras posibilidades como ciudad y sin futuro alguno que otear.
(Artículo publicado en Granada Hoy el 29 de agosto de 2010)
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