miércoles, 16 de mayo de 2012

Carlos Fuentes y otros latinos

No sé si ya lo habré contado en este blog. El caso es que viajaban por Europa el recién fallecido Carlos Fuentes, García Márquez y Julio Cortázar. Como cualquier viaje que se precie, el tren comenzó a traquetear la conversación. Carlos Fuentes le preguntó a Julio Cortázar, cuando la noche se hizo, por qué le interesaba tanto el jazz. Gabo cerró los ojos y musitó un dios mío, estamos perdidos. Ciertamente, estaban perdidos. Bañando la charla en alcohol, Cortázar comenzó a realizar una disertación sobre las raíces del jazz y sus implicaciones con el cuento hasta el alba.
Carlos Fuentes contaba que aquel viaje pretendía hallar luz; la luz de la vieja Europa. Pese a las atrocidades de la gran guerra, en Europa existía luz. Luz para las ideas, para la creación, para comprender, para dudar.

Hoy ha muerto Carlos Fuentes y ya no tengo tan claro que Europa sea luz para el mundo. En el norte se impone la austeridad y, en el sur, nos imponen la pobreza. 
Pareciese que vivimos un repliegue, un mirar hacia adentro aderezado con buenas dosis de miedo y de estancamiento, no sólo económico, también personal y colectivo.
Sin embargo, al otro lado del charco, pese a la crisis permanente, existen propuestas creativas en el ámbito del arte, de lo social, de lo político. Una cultura pujante que nos podría proyectar algo de la luz que nosotros perdimos en nuestra burbuja del bienestar financiero.
Tal vez, de vez en cuando, deberíamos viajar en tren por Colombia, por Brasil, por Chile, por Argentina y empaparnos de nuevos paisajes y paisanajes.
Todavía, pese a los años que han pasado, tengo el regusto de La muerte de Artemio Cruz, ese hombre que, muerto, cuenta su vida, la vida de México, la vida de Latinoamérica, la vida del mundo. No sé si se trata de un mundo que pueda cambiarse. Tal vez no importe si una novela tiene el poder de ofrecerte otra mirada. Como la que cada año le ofrecía la lectura a Carlos Fuentes de El Quijote.
Todo está en el viento, sólo que, a veces, olvidamos.




4 comentarios:

Anónimo dijo...

Un luchador, con una fuerte voluntad de renovar la literatura y el mundo,capaz de representar la naturaleza humana y sus múltiples formas(qué fácil suena así dicho). Vaya tres, lo que yo hubiera dado por estar en ese vagón. Y tú, deja la política y ponte a escribir, vayamos a desperdiciar un escritor, si puedes hacer las dos cosas, mejor que mejor. Si no, ya sabes mi elección. Besos. Cuca.

Miguel Ángel Madrid dijo...

Y yo, no te preocupes que, de aquí a nada, dejo la política y me pongo a escribir y tú a corregirme. Si se puede bien, y si no también. Así que ya sabes. Gracias, Cuca, de corazón.

Mª del Mar dijo...

Todos los días me enseñas tantas cosas... Te descubres en cada idea que escribes y los demás disfrutamos. Gracias.Mªdel Mar

Miguel Ángel Madrid dijo...

Ajú, Mariquilla, qué cosas tan bonitas me dices. Besico