lunes, 30 de agosto de 2010

La Granada apática o viva




Comienza un nuevo curso que en el ámbito político será diferente porque habrá elecciones municipales. Todos los partidos han elegido ya a sus cabezas de cartel, y en el PSOE de la ciudad será Paco Cuenca el candidato a la alcaldía.
Desde ya hace años, cada vez que leo estudios sectoriales o territoriales, centrados en el análisis de los sectores productivos de la ciudad, o como introducción a algún Plan Especial para intervenir en cualquiera de nuestras zonas de alto valor patrimonial, se destacan aspectos negativos de Granada. Se trata de reflexiones, muchas de ellas apoyadas en la opinión de ciudadanos concretos, que inciden en los problemas que persisten en nuestra ciudad. Así, por ejemplo, existe la opinión generalizada de que Granada sufre un mal histórico que nos hace ser una ciudad estancada: La prueba es nuestro retraso industrial y la consecuente ausencia de tejido empresarial. La responsabilidad suele achacarse a la propia apatía de los ciudadanos, ya que, se dice, preferimos ahorrar o invertir dichos ahorros en pisos para vivir de las rentas, por ejemplo. Responsables también suelen ser los políticos, y desde hace unos años se destaca la tensión entre la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento. En definitiva, y resumiendo mucho, el resultado de estos problemas es un sentir, el granadino, embozado de fatalismo, desesperanza y abandono.
Este panorama nos convierte en un colectivo sin remedio. Somos así, es nuestro destino. Sin embargo, esto es un hecho cultural que podemos cambiar, porque si en muchas ocasiones hemos podido y hemos sumado, quiere decir que no somos, como expresa el dicho, “la última mierda que cagó canasto”. Por eso desde el PSOE creemos que Granada necesita un cambio.
Torres Hurtado y su gobierno, ha preferido sacar partido de esa Granada fatal. Y la confrontación abunda en esa imagen abandonada y desesperanzada. Y ello, pese a que el futuro de Granada se construyó y se construirá desde el acuerdo entre administraciones. Esto es lo que le ha permitido al alcalde hacer una política que camina de puntillas por todos los asuntos estratégicos de la ciudad: La movilidad, el desarrollo tecnológico, el equilibrio entre los barrios o el empleo. De ahí el elenco de medidas cosméticas que llaman la atención pero que no generan valor añadido. Además, esta orientación le permite al PP esconder una deficiente gestión económica (aunque está muy bien lo de la crisis para colgar en esa percha cualquier asunto de economía municipal), una falta de proyectos de futuro para que Granada se sitúe a la vanguardia de otras ciudades de nuestro entorno (aunque está muy bien que exista la Junta de Andalucía para colgar en esa percha todo lo que no somos).
En cualquier caso, y volviendo al principio, Paco Cuenca ha sido la persona en la que el PSOE ha confiado para traer Nuevos Aires para Granada. Nuevos aires que han supuesto dos años de duro trabajo en la calle, de charcos y de zapatillas. Hemos desarrollado asambleas ciudadanas donde vecinos y vecinas nos decían a la cara en qué habíamos fallado en todos estos años y qué habían echado de menos del PSOE. Un trabajo que sueña una ciudad que, inserta en Andalucía, ha contribuido a hacer más Andalucía, desde su riqueza patrimonial y paisajística, con sus valores y el esfuerzo de la ciudadanía. Por eso, Paco Cuenca, reivindicó en su primera intervención pública que pondrá todos sus esfuerzos en defender los intereses de la ciudad, desde la lealtad y la firmeza, sin cinismos. Cómo podría ser de otra forma, si Paco Cuenca nació en Granada, en La Chana, y vive en esta ciudad y aquí hace su vida con su familia. Un proyecto, el socialista, que pone su confianza en un candidato que ama Granada. Un candidato que considera que nuestra ciudad, además de un atraso industrial histórico, ha hecho ya su apuesta, pese a Torres Hurtado, por la innovación y el conocimiento, como lo demuestra el Parque Tecnológico de la Salud o el Parque de las Ciencias, o la creación de empleo en el sector audiovisual. Granada, con Paco Cuenca, va a hacer una apuesta por la juventud, conectándolos con el conocimiento para que haya un futuro inmediato. Además, sabe que el urbanismo es la mejor política social que existe, para desarrollar otro modelo de movilidad desde el liderazgo metropolitano de la ciudad. Donde también el turismo y la cultura, además de fuente de riqueza, lo sea también de empleo y de orgullo colectivo, desde la atención a los barrios y a la gente que vive en ellos, olvidada por Torres Hurtado. Paco Cuenca, en definitiva, es un hombre de la Granada bella, alegre, luminosa, cálida, acogedora, universal desde sus tradiciones locales y sus valores patrimoniales, cosmopolita, creadora y emprendedora, dinámica y viva. Al otro lado, la Granada cerrada y conservadora de Torres Hurtado, cuyas propuestas son acomodaticias, apáticas, sin confianza en nuestras posibilidades como ciudad y sin futuro alguno que otear.
(Artículo publicado en Granada Hoy el 29 de agosto de 2010)

viernes, 27 de agosto de 2010

Diccionario de agravios


Releer la prensa, los archivos de prensa, me refiero, en la calma del verano, te hace descubrir curiosidades de diverso tipo. Es común escuchar en los medios de comunicación que los políticos hablan mal, rematadamente mal. Y yo estoy de acuerdo. Cierto es que releyendo, -Punset dice que no hay que fiarse de la memoria para los detalles y por eso es necesario releer-, las actas de sesión de los diputados en la II República, la riqueza del lenguaje era mucho mayor, si bien la ornamentación es tal que, en seguida, se te quitan las ganas de seguir leyendo. También dicen los medios de comunicación que el alumnado escribe mal y habla peor. No es la presencia de una jerga juvenil la culpable, sino las faltas de ortografía garrafales y una dificultad para encontrar palabras que, entre otras cosas, impide la expresión de sentimientos y también de frustraciones. Así de importante es el lenguaje. Yo procuro leer mucho, y además leer buena literatura. Si escribo bien o mal, si hay expresiones que no escribo correctamente, lo admito. Pero todo este cúmulo de excusas (esta es la frase larga e imperdonable de todo post), mencionando primero a los políticos, que son, como todo el mundo sabe, los culpables, pasando por los alumnos y alumnos, que son, en los tiempos que corren, poco menos que cavernícolas, siendo los culpables de esta situación las personas que se dedican a la política y, en concreto, a los temas educativos, no es menos cierto que los que peor hablan y escriben son, precisamente, aquellos que trabajan en medios de comunicación de masas.
Hay corresponsales en televisión, intrépidos, pero que atropellan el lenguaje con igual intrepidez. En la prensa de ámbito nacional, la moda es hacer entrevistas en prosa. Es decir, se hace una entrevista a un personaje, -pongamos la ministra Aido-, y luego se cuenta la entrevista y el decorado, y lo que dicen personas que colaboran con la ministra, quizá algún secretillo personal. Pues bien, en algunas ocasiones, como se quiere contar un cuento, pues se pone la tensión donde debía ir un punto y coma para relajar, o se cuenta el secretillo no cuando se habla de la persona Aido, sino cuando ha tomado una decisión el personaje Aido. En fin, que se lían las criaturas. Y, estos errores, también se cometen en la prensa local. Hay periodistas con quienes no comparto muchas de sus opiniones, pero escriben de maravilla, aunque se les note que rizan el rizo para que les cuadren los argumentos. Minucias. Este blog peca de ello porque es partidista. No me refiero tanto a quienes escriben opinión. Aunque existen meteduras de pata hondas. Algunas de prohombres de esta ciudad. Pero lo peor está en los artículos. Será la prisa.
Una frase me ha llamado la atención porque no hay por donde cogerla: “En el diccionario de agravios de Granada goza de un sinfín de términos”. Es cierto que puede pensarse que soy quisquilloso. La frase se entiende en el contexto sociocultural de Granada y ni siquiera hace falta contextualizar con el cuerpo de la noticia en su conjunto. El periodista destaca que Granada tiene muchos términos para definir el agravio que sufre. Conviene recordar qué significa agravio (RAE: Ofensa que se hace a alguien en su honra o fama con algún dicho o hecho; Ofensa o perjuicio que se hace a alguien en sus derechos e intereses; Humillación, menosprecio o aprecio insuficiente).
En fin, que se habla muy mal en este país, y esto implica que dejemos de soñar. Pueden creer que es una tontería. Pero en esta noticia a la que me refiero, se demuestra el agravio mencionando a las infraestructuras, que es lo que justifica nuestro atraso como ciudad y como provincia. Es una noticia periodística, porque eso es lo que define la actualidad, pero me pregunto si podríamos poner nuestros esfuerzos hasta morir, en lugar de en la queja, un poco también en el sueño del soñar horizontes, no del letargo y el aburrimiento machacón que, además de ser el discurso del PP, es incierto.

viernes, 20 de agosto de 2010

A mis soledades voy/ de mis soledades vengo...


Cuando vuelvo de vacaciones siento dos inclinaciones: Por un lado, espero hallar los cambios y, por otro, deseo no caer en el hastío de lo cotidiano. Pero he hallado pocos cambios y, en la vida política de esta ciudad en concreto, el hastío es tan cotidiano como acostumbra. Me he encontrado con opiniones ¿críticas? de compañeros, repetidas y aparentemente ruidosas. Pero mi blog me pertenece y no haré comentario alguno porque sería entrar en una espiral sin el menor de los sentidos. De cuantas cosas me cansan/ fácilmente me defiendo;/ pero no puedo guardarme/ de los peligros de un necio. También ayer, después de mucho tiempo, vi en Granada Televisión el informativo de siempre porque parece que así son las cosas y no tenemos remedio. Lo mejor fue que mi amiga Cuca (en mayúscula aunque sea un apelativo) me envió en un correo un poema de Lope que no ha dejado de rondarme, tal y como se acaba de comprobar: A mis soledades voy/ de mis soledades vengo/ porque para andar conmigo/ me bastan mis pensamientos. En fin, que ha sido lo mejor de la realidad que vivo o sueño tras mis días de asueto.
En el informativo el PP cantó su llanto por Granada, su quejido lastimero: ¡Qué bien lo hacemos nosotros, qué mala es la Junta! Como su idea de Dios y de la religión católica, no existe la menor autocrítica, todo se convierte en dogma. Lo digo pues en Dios creo, aunque a veces me asaltan las dudas y tengo que hacer un esfuerzo para sentirlo. Y es que en mis soledades veraniegas, frente al mar, parecía un pasmarote (RAE: persona embobada o pasmada por pequeña cosa), pero hete aquí que reflexionaba de forma sesuda e intentaba acertar con alguna acción de Torres Hurtado que haya ido más allá de las estatuas. Nada encontré, salvo los arreglos que son reivindicaciones de siempre en algunos barrios que sin los fondos Zapatero nunca se hubiesen llevado a cabo. Unos fondos, como el PP dice, que despreciaron pero que le harán salvar los muebles de su mandato: Entiendo lo que me basta,/ y solamente no entiendo/ cómo se sufre a sí mismo/ un ignorante soberbio.
Y poco más. Ante el rifirrafe (RAE: contienda o bulla ligera y sin trascendencia) mi compañero, Isidro Olgoso, sólo podía decir que Junta y Ayuntamiento se pusieran de acuerdo con el asunto del Centro Lorca. Le faltó la expresión, “¡un poquito de por favor que la liamos!”.
Este pues, es el tono que le interesa al PP. Incluso marca el de esta entrada. Y ahora siento nostalgia, envidia más bien, por sentir de nuevo el embobamiento marino: Con esta envidia que digo/ y lo que paso en silencio,/ a mis soledades voy,/ con mis soledades vengo.
Ya sé que es un final cojonudo, pero no me resisto: Deseo que llegue septiembre y las fiestas del Zaidín para que nos pongamos las pilas y entremos de lleno en esta larga campaña electoral o como coño se llame.