segura para la victoria en la ciudad de Granada. Así piensa el presidente del partido, Sebastián Pérez, y hasta el mismísimo, Arenas. Como he dicho en anteriores entradas a este blog, Sebastián Pérez, piensa que el PP lo tiene chupado. Es normal, ahí está el alcalde de Granada actuando contra viento y marea para alimentar nuestro ánimo: subida de impuestos, las arcas municipales tan endebles como el hilo de una araña en una casa abandonada, la Fundación Albaicín moribunda, el IMFE desnortado, la empresa de suelo municipal sin saber para dónde tirar, el Patronato de Escuelas Infantiles convertido en Fundación y, como colofón en un mar de colofones, una televisión municipal que, cuando se ponga en funcionamiento, nos traerá cada día la buena nueva tal que el día de nochebuena la del niño Dios nacido.
La crisis no va con el alcalde ni con el PP. A ellos no les toca remar en este barco. Por eso, aguantan el chaparrón agazapados a la espera de que sus líderes nos digan lo malo que es ZP. Pero hoy ZP ha subido las pensiones con la que está cayendo. Y este es uno sólo de los ejemplos, porque el trasfondo es que la crisis no puede ser la excusa para que nuestros derechos sociales se vean afectados. Por eso, repito, duele que el alcalde nada tenga que ofrecernos a los jóvenes, a los mayores, a los vecinos y vecinas. Basta con silenciarnos, para que nuestros problemas sean problemas a resolver por otros.
Aquí domina la opinión pública que nos dice que Torres Hurtado es garantía de éxito. Pero, ¿quién es la opinión pública, quién la conforma, quién maneja el supuesto sentir ciudadano? Nadie y todos.
Desde mi modesto punto de vista, es necesario combatir este estado de ánimo desde la alegría y la responsabilidad del momento que nos toca vivir. Alegría porque la ciudad no puede permitirse que cada proyecto de futuro tenga que sufrir la confrontación con la Junta de Andalucía. Es la lealtad y el respeto lo que nos hace fuertes, no el atrincheramiento. Y estoy convencido de que así piensa mucha gente de bien, como usted mismo. Qué otra cosa nos dijeron en la asamblea ciudadana. Y ese es el espíritu que debemos recuperar de cara a los próximos meses. La gente está cansada de no saber hacia dónde va la ciudad. Y en esta disyuntiva, la Junta de Andalucía tiene tanta culpa como el alcalde. Por eso, nos toca a todos aprender de los errores. No basta con recordarle al alcalde que la escultura franquista de Bibataubín tiene o no un valor artístico, sino que hay que exigir el cumplimiento de la ley. No basta con llevar y mantener el debate público en la prensa, sino que hay que acudir a donde se encuentra la gente. Claro que esto exige esfuerzo, un plus de trabajo, pero el proyecto socialista o se construye con la gente o no será.
Este alcalde que tenemos es un mal alcalde que, supuestamente, le tiene tomado el pulso a la ciudad. Es importante que el PSOE encuentre una persona. Bien. Pero aún más importante es que esa persona y las que forman parte del PSOE se agarren al tren de la alegría por rozarse con la gente desde la asunción de que las necesidades que existen son colectivas, que tan potenciales desempleados somos como la gente, que tan deprimidos por la falta de futuro de nuestros hijos como ustedes. Alegría por un proyecto que no nos haga parecer ciudadanos hipnotizados y resignados. Vamos a salir de esta crisis reforzados, tanto si nos ayuda el niño dios como si no.
La crisis no va con el alcalde ni con el PP. A ellos no les toca remar en este barco. Por eso, aguantan el chaparrón agazapados a la espera de que sus líderes nos digan lo malo que es ZP. Pero hoy ZP ha subido las pensiones con la que está cayendo. Y este es uno sólo de los ejemplos, porque el trasfondo es que la crisis no puede ser la excusa para que nuestros derechos sociales se vean afectados. Por eso, repito, duele que el alcalde nada tenga que ofrecernos a los jóvenes, a los mayores, a los vecinos y vecinas. Basta con silenciarnos, para que nuestros problemas sean problemas a resolver por otros.
Aquí domina la opinión pública que nos dice que Torres Hurtado es garantía de éxito. Pero, ¿quién es la opinión pública, quién la conforma, quién maneja el supuesto sentir ciudadano? Nadie y todos.
Desde mi modesto punto de vista, es necesario combatir este estado de ánimo desde la alegría y la responsabilidad del momento que nos toca vivir. Alegría porque la ciudad no puede permitirse que cada proyecto de futuro tenga que sufrir la confrontación con la Junta de Andalucía. Es la lealtad y el respeto lo que nos hace fuertes, no el atrincheramiento. Y estoy convencido de que así piensa mucha gente de bien, como usted mismo. Qué otra cosa nos dijeron en la asamblea ciudadana. Y ese es el espíritu que debemos recuperar de cara a los próximos meses. La gente está cansada de no saber hacia dónde va la ciudad. Y en esta disyuntiva, la Junta de Andalucía tiene tanta culpa como el alcalde. Por eso, nos toca a todos aprender de los errores. No basta con recordarle al alcalde que la escultura franquista de Bibataubín tiene o no un valor artístico, sino que hay que exigir el cumplimiento de la ley. No basta con llevar y mantener el debate público en la prensa, sino que hay que acudir a donde se encuentra la gente. Claro que esto exige esfuerzo, un plus de trabajo, pero el proyecto socialista o se construye con la gente o no será.
Este alcalde que tenemos es un mal alcalde que, supuestamente, le tiene tomado el pulso a la ciudad. Es importante que el PSOE encuentre una persona. Bien. Pero aún más importante es que esa persona y las que forman parte del PSOE se agarren al tren de la alegría por rozarse con la gente desde la asunción de que las necesidades que existen son colectivas, que tan potenciales desempleados somos como la gente, que tan deprimidos por la falta de futuro de nuestros hijos como ustedes. Alegría por un proyecto que no nos haga parecer ciudadanos hipnotizados y resignados. Vamos a salir de esta crisis reforzados, tanto si nos ayuda el niño dios como si no.
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