miércoles, 5 de septiembre de 2012

Telegrama o esquela



El Gobierno conservador Cameron baja su popularidad y cambia a sus ministros. Las medidas de austeridad han aumentado el déficit público.

Ya sabemos que no sirve cambiar la Constitución en dos días para calmar a los mercados.

Ya sabemos que la austeridad conlleva austeridad en, ¿el consumidor?, ¿eso somos?, ¿consumidores?

Menos trabajadores, menos empresa, así que los estados tienen que subir impuestos. Eso retrae el consumo de las familias y destruye más empresas y más empleo.

Ya sabemos que esta crisis no es de gastos. Que el problema no es gastar, que el problema son los ingresos, de ahí la falta de liquidez para pagar profesores, sanitarios.

Ya sabemos que esa es la excusa perfecta, -o mejor, la motivación ideológica perfecta-, para privatizar servicios públicos como la sanidad, la educación, la dependencia. ¿O es que cambiar la ley del aborto es una medida más contra la crisis?

Si la austeridad conlleva mayor déficit, por qué insistimos. Porque con la austeridad estamos pagando la corrupción de los bancos y de los banqueros.Y la de muchos concejales de urbanismo y, lo peor, el mirar para otro lado de nuestros representantes.

Racionalización es otra palabra talismán. Efectivamente, el aeropuerto de Castellón no es precisamente un ejemplo de racionalización de servicios públicos. O las ciudades de la cultura, que  no eran más que especulación pura y dura. En este país se construyó más de lo que necesitábamos.

Más que racionalizar deberíamos hablar de honestidad, y que los partidos políticos  no se dediquen al mercadeo con la ciudadanía. En estos años, los programas electorales eran un listín de peticiones a la carta. “Mire usted, quiero que me baje el IVA, me construya un palacio de hielo, dos piscinas y, en fin, un museo del vino y otro de la pandereta”.


La respuesta de los partidos tiene que ser más democracia. Democracia sí, pero en serio.

No puede ser que en los partidos se genere una élite, una casta que maneja el cotarro manteniendo a personas 30 años como responsables públicos. Con 8 años de servicio público se tiene bastante. Después uno vuelve a manejar su vida de forma privada. Y este es sólo uno de los ejemplos.

Termino con el telegrama de Odón Elorza, anterior alcalde de San Sebastián y, actualmente, diputado del PSOE: Los socialistas cometimos graves errores en el anterior gobierno (de Zapatero). Pero la acomodación y la pérdida de identidad es anterior.

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