miércoles, 31 de agosto de 2011

Terrible, terrible


Les sugiero que estén atentos ante este comienzo de curso.

Quiero proponerles un acto de abstracción ante el período electoral que se avecina y pedirles que centren durante pocos minutos al día su atención en la vida local.

Por supuesto, no dejen de visitar la prensa para comprobar lo que está a punto de suceder en Granada.

Bien, ahí va, les adelanto: Nada. Absolutamente nada.

Y, sin embargo, el mundo parecerá derrumbarse. Granada vivirá en estos primeros días de curso escolar su propia catarsis.

No lo duden: metro, metro, metro. Esta será una de las claves a través de las cuales podremos sentir que el mundo granadino es un pobre hombre moribundo, desahuciado.

No encontraremos en las páginas de los periódicos, en el noticiario radiofónico o televisivo, nada acerca del futuro.

Esta ciudad, -no sé qué estarán haciendo otras ciudades, pero no desde luego Granada-, no aprovechará la crisis para afrontar el presente y plantear horizontes. Cá. Esta ciudad se peleará consigo misma y seguirá lamentándose por un futuro pasado que nunca fue.

Así que ya saben, una gran dosis de energía como una enorme nada, se pondrá en juego con el fin de matar al adversario sin más ton ni más son.

Todo valdrá para demostrar que los demás son más tontos, más ineptos, más irresponsables.

El PP, que se arroga como partido de la vida, pondrá todos sus esfuerzos por matar a esta ciudad, por hacerla más conformista. Y lo hará acusando a los demás. Y lo hará ocupándose de que la nada, sencillamente, sea. Nada por aquí, nada por allá.

Acusarán y a uno parece que sólo le queda defenderse. Otros dicen que lo que debo hacer, como remedio, es gritar más alto, más fuerte.

En fin, Granada la bella, bien asida a su pasado histórico, cultural.

¡Y tú, más!

viernes, 5 de agosto de 2011

En picado


La información es abrumadora porque anuncia que el mercado, ¡ese gran desconocido!, nos lleva en picado hacia el abismo, hacia una nueva recesión.

La consecuencia: Del choque de civilizaciones al choque de clases; de la riqueza sin límite a la pobreza más absoluta; de la democracia a la dictadura, de la asfixia a la revuelta.

Gobiernos electos en manos de los mercados.

Hemos pasado de consumir sin límite a la austeridad, al cierre de centros de salud, al pago por la atención sanitaria, al estancamiento porque el Estado ya no es un estimulador de la economía.

Hay tanto miedo, tanta incertidumbre, que uno no sabe si meterse en la cama, ponerse la almohada por encima de la cabeza y mandarlo todo a la mierda.

Hay tanto ruido, que uno ya no sabe de quién fiarse.

Hay tanto desconcierto que los asideros que hasta ayer nos servían, hoy se han convertido en barras de humo.

En nuestro país, el PP pide un adelanto del adelanto electoral. Lo importante es llegar al gobierno de la nación, conquistar, literalmente, Andalucía, aunque la democracia quede destrozada. Por taumaturgia, entonces, todo será como a finales de los 90 y volverá el crecimiento sin límite. Muerto el perro, se acabó la rabia.

El pasado día 29 de julio en la sesión del Pleno Municipal, los concejales del PP nos recordaban a los concejales del PSOE que todos los problemas de Granada tienen un origen: Los socialistas. Así que el 20N, y marzo, traerá la esperanza, la luz, un nuevo tiempo.

Da igual que la inacción del PP no aporte nada al país, a esta ciudad. Lo importante es el poder por el poder. Darle vuelo a su red clientelar. Borrar lentamente, caiga quien caiga, los resortes de la democracia: La corrupción vale para ellos, para el resto es deleznable. Si hay que aliarse con alguien que actúa ilícitamente, qué más da si su red clientelar aporta votos para hacerse con el poder.

No quiero dejar pasar una mención por UPyD. Entró tras las elecciones en la Corporación del Ayuntamiento de Granada. La palabra que define a este partido es populismo. Si así es la minoría que viene a regenerar la vida política del país, apañaos vamos. Bipartidismo por aquí, bipartidismo por allá, son los argumentos que oigo en el Pleno, pero en los asuntos urbanísticos, esas decisiones que ayudan a hacer ciudad o bien a deteriorarla, silencio absoluto, nada qué decir. Y luego que la memoria histórica era remover la mierda. En fin, nada espero de esta formación.

En el PSOE, mientras tanto, tocados por los resultados de las municipales, tambaleados por el movimiento del 15m, intentamos recomponernos, pero la estructura de la organización, algunos referentes públicos, hoy tienen menos capacidad de intermediación que la ONU con Somalia. Viejas recetas, viejas caras ante una situación nueva que exige mezclar la cirugía con la homeopatía y el chamanismo. Como recordaba un militante, la situación exige de nosotros un acto creativo, no el mantenimiento de cuestiones que a la gente le suena a dogma.

Así que me voy de vacaciones. Las necesito después de una larga campaña electoral, sin días de descanso, sin tiempo siquiera para recomponerme y reflexionar sobre la derrota y, lo que es más importante, sobre la situación de este mundo tan lleno de vida, tan cansado de especuladores.

Felices vacaciones.