Nos dicen que no
se están produciendo recortes sino reformas. La resistencia pasiva, en
previsión de que la gente se eche a la calle, puede ser constitutiva de delito
penal...
El
otro día escuchaba en la radio que el Ministro de Economía del PP se reunió con
unos empresarios en Barcelona. Parecía que iba a ser un escenario proclive para
el Ministro. Ya se sabe que los empresarios son ogros capitalistas que no
tienen corazón. Pero uno de los empresarios mostró algo de corazón y, tal vez,
de rabia, y le preguntó al Ministro si los recortes no eran un ajuste de
cuentas con la ciudadanía. El Ministro, dejó de lado cualquier atisbo estoico y
de educación cívica y pasó al contraataque: “Si quiere usted saber lo que es un
ajuste de cuentas, espere que vengan otros (supongo que en referencia al FMI) y
sabrá lo que son ajustes”. Este tono amenazante del Ministro, de un Ejecutivo,
como el de Rajoy, que quiere criminalizar la protesta ciudadana que viene
recogida en la Constitución, es un claro atentado contra la democracia.
No
tenemos otra cosa el conjunto de la ciudadanía. Es la democracia y la
Constitución la que intenta igualar a los ciudadanos que nacen en un
país en el seno de cualquier familia, sea adinerada, sea pobre. Y para que
exista igualdad, tiene que haber libertad y justicia.
La
agresión a las instituciones es terrible para la ciudadanía. Qué otra seguridad
le queda al ciudadano que la Constitución.
Cómo
puede despacharse la Presidenta de la Comunidad de Madrid, solicitando al
Gobierno de Rajoy que reciba las competencias de esta comunidad autónoma en
sanidad, educación y justicia. Sencillamente, no las quiere. Qué garantiza que
el Gobierno Central gestione más eficazmente estas competencias. Terminó
Esperanza Aguirre su intervención con una buena dosis de populismo: Todo puede
ser que los políticos nos quedemos sin empleo; pero ya lo buscaremos nosotros.
Cómo no va a encontrar ella trabajo si es condesa consorte de Murillo y Grande
de España.
¿Alguien
piensa que la agresión a la política por parte del PP es un asunto de ética
democrática?
La
política es lo único que tenemos los ciudadanos.
Los
políticos lo han hecho muy mal. Algunos han terminado en la cárcel. Cuando lo
hace mal alguien de mi partido, es deleznable porque se supone que defendemos
la honradez y la honestidad, el bien
común, el bien público.
El
asunto de los ERE es execrable y ojalá quien robó dé con sus huesos en la
cárcel y devuelva hasta el último céntimo.
No
obstante, mucho ojo con el desprecio a los políticos, con el populismo fascista
de Aguirre y sus acólitos porque sencillamente se busca la dominación del pueblo.
Este
es el asunto que barajamos. Alguien que se dedique a la política como actitud de
servicio público, tiene que encajar críticas y reprimendas del pueblo porque se
gestiona el dinero de dicho pueblo y se tratan asuntos públicos. Pero de ahí a
matarlos, a erradicarlos, me niego. Es como si para limpiar la inmundicia de
los medios de comunicación, apostáramos por matar a los periodistas, o de los
abogados para que impere la justicia.
Mucho
ojo ante el fascismo. Toda la crítica del mundo a los políticos, sobre todo de izquierda,
para que espabilemos.